Aunque las cosquillas nos produzcan una cascada de risas y hasta un placer que nos recorre todo el cuerpo, la ciencia se ha encargado de demostrar que esta respuesta cerebral es producto de la activación de un mecanismo de defensa diferente al tipo de reacciones que esperaríamos en otras situaciones de diversión. Conozcamos la verdad sobre las cosquillas.
Cosquillas: un sistema defensivo
Fueron los científicos de la Universidad de Tubinga los que estudiaron las reacciones cerebrales mientras un grupo de colaboradores recibieron el estímulo, tanto de escuchar cosas graciosas como de recibir cosquillas.
Esto llevó a que los científicos dedujesen que si las cosquillas no causasen tanta risa, la persona que las recibe hasta podría reaccionar agresivamente, puesto que se habla de una actitud defensiva. La parte del cerebro que se activa con el cosquilleo es la que se anticipa al dolor, por lo que la reacción automática puede ser hasta torpe para evitar que prosiga.
Asimismo, los investigadores detectaron que la risa también estimulaba la zona del hipotálamo, la que controla la temperatura corporal, el hambre, el cansancio y el comportamiento sexual.
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