Es momento de hacer balance
Hay personas que no están muy acostumbradas a pensar en sí mismas, en detenerse y hacerse esa pregunta que todos deberíamos plantearnos al empezar el día: ¿Cómo me encuentro hoy?
- No es preciso que cada día gocemos de una felicidad absoluta. No se trata de eso, el juego real de la vida está en encontrar esa tranquilidad diaria con la cual sentirnos bien con nosotros mismos. Con lo que somos. Con lo que tenemos.
- Acostúmbrate a hablar contigo misma. No centres todo tu universo en los demás. Tú también eres importante y debes saber cómo te encuentras, qué sientes, qué te duele y qué te falta.
- Hacer balance es un ejercicio tan sano como útil. Para ello, haz una visualización. A un lado está todo aquello que te arranca una sonrisa diaria, al otro lado, lo que te preocupa, lo que te hace daño.
- ¿Qué pesa más? ¿Las alegrías o las tristezas? Reflexiona sobre ello.
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Decir adiós no es una despedida, es un inicio
Has hecho balance y te has dado cuenta de que hay cosas de las que deberías desprenderte.
No estamos hablando solo de personas. En ocasiones, hay alguna que otra dimensión que también sobra en nuestra vida:
- Desprendernos de los pensamientos negativos. Debemos deshacernos de la preocupación constante y aprender a ser más optimistas.
- Decir adiós a focalizar nuestra vida solo en los demás. Hay que mantener el equilibrio y abrir las puertas a nuestros instantes de ocio, a seguir formándonos si así lo queremos, a mejorar en el ámbito laboral…
- Hay que decir adiós a las cargas emocionales. ¿Te preocupa lo que piensen de ti? Deja caer ese peso, no sirve de nada. ¿Te preocupan las críticas? Sé libre en tus acciones, en tu deseo, y dale alas a tu crecimiento personal.
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